viernes, 20 de marzo de 2009

el fantorasma de la sopera..

El fantorasma de la sopera me tiene los ovarios al plato

domingo, 15 de marzo de 2009

CONTRAGOLPE AL GOPLE

Es un espectáculo que organiza La Comedia de la Provincia de Buenos Aires que se llama CONTRAGOLPE AL GOLPE , en repudio al golpe del 76. Todos los grupos de teatro comunitario y de teatro independiente, desde sus lugares, teatros, clubes, entidades de bien público, plazas, etc.representarán sus obras para dar un contragolpe cultural.Esto será transmitido por cadena provincial y nacional. Comienza la noche del 23 de marzo y termina la madrugada del 24,es decir de 21 a 2 de la madrugada, justamente a la hora que comenzó el golpe. Nosotros, DespaRamos, actuamos en la plaza Mitre en Ramos Mejía(Bartolomé Mitre,entre Cabral y Pueyrredón-altura Rivadavia al 13700) a las 21 y 30.Ojalá puedan venir(el 24 es feriado)

viernes, 13 de marzo de 2009

INOCENTE

Sobre el juicio que se le seguía a Juan Rodó, la justicia dictó sentencia: INOCENTE, libre de culpa y cargo y fue absuelto de las imputaciones que tenía. Bravo Juan!!! Siempre confiamos en vos.

lunes, 9 de marzo de 2009

La última.

Anoche fue la última, pero de esta etapa, ahora,después del descanso, comenzará la gira. Y el país entero podrá disfrutar de Otelo, pero Otelo no es una comedia musical igual a otras, es diferente. Abran sus mentes y sus corazones y déjense llevar por la magia de alguna "mariposa", no sean sordos ni ciegos con ojos y oídos, vean y escuchen con el corazón.

sábado, 7 de marzo de 2009

domingo, 15 de febrero de 2009

Las Meninas 4º entrega (última)

Sección áurea y análisis de la obra
Muchos artistas del Renacimiento emplearon la sección áurea en sus dibujos, por ejemplo el gran maestro Leonardo Da Vinci, ya en el año 1509 el matemático Luca Pacioli, publicó el libro De Divina Proportione[20] y en 1525 Alberto Durero publicó Instrucción sobre la medida con regla y compás de figuras planas y sólidas, donde describe cómo trazar la espiral basada en la sección áurea con regla y compás, que se conoce con el nombre de "espiral de Durero" Velázquez en la composición áurea de su cuadro Las Meninas, lo ordena con la mencionada espiral, el centro es justo el pecho de la infanta Margarita, marcando el centro visual máximo de interés y significando simbólicamente el lugar reservado para los escogidos, como era tradición en Europa, que el monarca ocupara el lugar central y de privilegio en las ceremonias. No hay que olvidar que en el momento de la creación de la pintura, la infanta Margarita era la persona más señalada como sucesora al trono, ya que Felipe IV no tenía en ese momento ningún hijo varón.


Detalle de la puerta del fondo donde se encuentra José Nieto, punto de fuga del cuadro.
El punto de fuga de la perspectiva está detrás de la puerta donde se encuentra José Nieto; precisamente, allí es donde va la vista buscando la salida del cuadro; la gran luminosidad existente en este punto provoca que la mirada se fije en ese lugar.
A pesar de los siglos que han pasado desde que se pintó, la calidad técnica del cuadro, con el tratamiento de la textura fina y las pinceladas que parecen compactas aplicadas con una gran maestría, hace posible que no se observe casi ningún craquelado en todo el cuadro. Las medidas originales del lienzo, fueron ligeramente retocadas en una primera restauración en la que el cuadro se volvió a entelar. En el borde superior y el lado lateral derecho se puede detectar las señales que dejaron los clavos que fijaban la tela al bastidor; fue recortada por el lado izquierdo y se hizo un pequeño doblez para hacer posible la nueva sujeción. Parece que se perdió muy poco trozo de la orilla.
Velázquez utiliza los blancos de plomo sin casi mezclas en diversos puntos del cuadro, como en las camisas, los puños de Mari Bárbola o la manga derecha de Agustina Sarmiento; lo hace con un toque rápido y decidido que consigue el reflejo de las vestiduras y adornos, como en el caso de la infanta Margarita o en la camisa del propio pintor. En los cabellos de la infanta y en sus adornos, también se aprecia el arte de la pincelada del maestro. En las cuatro figuras femeninas del primer término se observa un tratamiento similar; los vestidos denotan la categoría y la clase de tela de cada uno de ellos. En el caso de Nicolasito Pertusato, la definición queda más desdibujada. Velázquez empleó toques de lapislázuli sobre todo en el vestido de Mari Bárbola, y lo hizo con el objetivo de conseguir relfejos en el color profundo de este vestido.
Espejo y escenas reflejadas [editar]


Detalle de Las Meninas. Espejo del fondo donde están reflejados Felipe IV de España i Mariana de Austria.
La estructura espacial y la posición del espejo están de tal manera que parece que Felipe IV y Mariana, se encontraran al lado de la pintura, en el lugar donde se encuentra el observador del lienzo, delante de la infanta y sus acompañantes. Según Janson, no solamente la infanta y sus sirvientes están presentes para distraer a la pareja real, sino que la atención de Velázquez se concentra en ellos mientras pinta su retrato. Aunque sólo pueden ser vistos reflejados en el espejo, la representación de la pareja real tiene un lugar central en la pintura, tanto por la jerarquía social como en la composición del cuadro. Como espectadores, en relación a ellos, nuestra posición es incierta. La cuestión es saber si el observador de la pintura está cerca de la pareja real, o si los reemplaza y contempla la escena con sus propios ojos; es una cuestión que genera polémica. La segunda hipótesis es, para saber cual es el objetivo de la atención de las miradas de Velázquez, de la infanta y de Mari Bárbola, que mira directamente hacia el observador de la pintura.
En Las Meninas, se supone que la reina y el rey están fuera de la pintura y, su reflejo en el espejo los sitúa en el interior del espacio pictórico. El espejo, situado sobre el triste muro del fondo, muestra lo que hay: la reina, el rey y, según las palabras de Harriet Stone, las generaciones de espectadores que han venido a tomar el sitio que la pareja tiene en el cuadro]
Los personajes reflejados en el espejo están elaborados de manera más rápida y con una técnica esbozada. Un espejo sobre el muro del fondo refleja los bustos de los reyes, que quizás estaban posando para ser retratados, y son sorprendidos por la visita de su hija y sus acompañantes. Una hipótesis alternativa del historiados H.W. Janson es que el espejo refleja la tela de Velázquez, tela que ya tiene pintada con la representación de los reyes.


El matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck(1483). Es una imatge reflejada dentro de un espejo, como en la pintura de Las Meninas y es muy posible que inspirara a Velázquez.
Probablemente Las Meninas han estado influenciadas por la tela de Jan van Eyck, El matrimonio Arnolfini. Cuando Velázquez estaba pintando Las Meninas, el cuadro de Van Eyck formaba parte de la colección de palacio de Felipe IV y Velázquez, sin duda, conocía muy bien esta obra. En El matrimonio Arnolfini de manera similar, hay un espejo en la parte posterior de la escena pictórica, que refleja dos personajes de cara y una pareja de espalda. Aunque estos personajes son muy pequeños para poder ser identificados, una hipótesis es que una de las imágenes corresponde al pintor, justo en el momento de entrar a pintar. Según Lucien Dällenbach:


Detalle del espejo de El Matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck. Van Eyck se muestra a sí mismo mediante el espejo. El espejo de Las Meninas puede ser visto como una imagen que pretende representar la pareja real dentro del espacio pictórico.
El espejo de Las Meninas está delante del observador, como en el cuadro de Van Eyck. Pero el procedimiento aquí es más realista: el espejo, en la parte posterior, no es convexo sino plano. Mientras que en el cuadro de Van Eyck los objetos y los personajes estan recompuestos en un espacio deformado y condensado por la curvatura del espejo, Velázquez se niega a jugar con las leyes de la perspectiva: para quien esté delante del cuadro, él proyecta sobre el espejo los dobles perfectos del rey y la reina. Además, muestra los personajes que son observados por el pintor y, al mismo tiempo, mediante el espejo, se pueden ver los individuos que entran y que dirigen la atención hacia Velázquez, desembocando en una reciprocidad de miradas que trae como consecuencia que la imagen salga de su marco y convide al visitante a entrar dentro de la tela.


Venus del espejoDel 1644-1648 (122,5 x 177 cm)National Gallery de Londres.
El espejo del cuadro tiene una medida de unos treinta centímetros de altura, y las imágenes del rey y la reina están, de manera intencionada, difusas. Jonathan Miller se hace la pregunta:"¿Qué tendríamos que pensar de las caras difusas del rey y la reina en el espejo? Es poco probable que fuese debido a una imperfección en la óptica del espejo; de hecho, se quiere mostrar este efecto de la imagen del rey y la reina". Un efecto similar está presente en la Venus del espejo, el único desnudo que Velázquez realizó; la cara del personajes es visible, se desvanece en el espejo, más allá de todo realismo. El ángulo del espejo es tan fuerte que "aunque normalmente sea descrita como que se está mirando en él, está de manera desconcertante mirándonos." De manera humorística, Miller también comenta que, además del espejo representado en Las Meninas, podemos imaginar la existencia de otro espejo que no aparece en el cuadro, sin el cual hubiera sido difícil que Velázquez se hubiera podido pintar a él mismo, autorretratándose.


Cristo en casa de Marta y María, de Diego Velázquez 1618.
Numerosos aspectos de Las Meninas están relacionados con otras obras procedentes de Velázquez, donde se utiliza y juega con los mismos recursos. Según López-Rey, aparte de El matrimonio Arnolfini, el cuadro que más se acerca a Las Meninas es el Cristo en casa de Marta y María, tela que Velázquez pintó en 1618, unos cuarenta años antes, en Sevilla; en este cuadro se puede detectar una imagen en el fondo como si fuera una ventana que da a otra habitación, o que también puede ser un espejo.
En 1964, antes de la restauración del Cristo en casa de Marta y María, numerosos historiadores de arte veían la escena que parece incrustada arriba, a la derecha del cuadro, como si fuera reflejada en un espejo, o como si fuera otro cuadro colgado en la pared. Este debate ha continuado, parcialmente, después de la restauración, aunque según la National Gallery de Londres, que es donde está expuesto el lienzo, Cristo y sus acompañantes son visibles solamente a través de una ventana que da a una habitación continua. Los vestidos que aparecen en ambas habitaciones son también diferentes; los vestidos de la escena principal son contemporáneos a Velázquez, mientras que los de la escena donde se encuentra Cristo utilizan los convenios iconográficos tradicionales para las escenas bíblicas. En Las hilanderas, cuadro pintado probablemente un año después que el de Las Meninas, aparecen representados dos escenas de Ovidio: en un primer plano, con vestidos contemporáneos y en el plano posterior, con vestidos antiguos. Según la crítica Sira Dambe, "en esta tela, los aspectos de la representación son tratados de manera similar a los de Las Meninas.
Menino o menina: Miembro de la nobleza que desde niño entraba en palacio a servir a la reina o a los príncipes niños. (R.A.E)[]

miércoles, 11 de febrero de 2009

Las meninas 3º parte

Otros elementos
Por encima del espejo en el que se reflejan los reyes se ven dos cuadros. Son copias realizadas por Juan Bautista del Mazo de Minerva y Aracné, de Rubens, y Apolo y Pan, de Jacob Jordaens. Ambos cuadros se hallaban efectivamente en dicho salón, según documentos de la época; pero se cree que Velázquez los reprodujo porque esconden alusiones a la obediencia debida a los reyes y al castigo que acarrea incumplirla.
Velázquez nos presenta en esta obra la intimidad del Alcázar de Madrid, y con su maestría nos hace penetrar en una tercera dimensión: el espacio, plasmado más con luces y sombras que con líneas de perspectiva. Se suele decir que Velázquez llegó a plasmar la perspectiva aérea: que «pintaba el aire». Esto es así pues conoció libros de óptica y además observó el efecto que la distancias, la luz y demás agentes ejercían sobre las formas y colores. Lamentablemente, con su actual ubicación e iluminación, Las Meninas no muestra plenamente dicho efecto, pues requiere una luz más tenue y focalizada, la habitual en los salones palaciegos. Anteriormente la obra colgó en otra sala más reducida del Museo del Prado, pero fue cambiada de lugar para facilitar el incesante flujo de turistas.
Teorías


María Agustina Sarmiento de Sotomayor, Menina real, en Las Meninas
A pesar de la gran cantidad de escritores de cualquier género que han buscado una significación definitiva, mientras no aparezca documentación concluyente debemos admitir que ninguna interpretación individual podrá dar respuesta a los problemas implicados en Las Meninas. Varios historiadores opinan que, como buena obra barroca, esconde varios mensajes solapados, que únicamente el público culto de la Corte podía captar.
La interpretación más fácil es describir la imagen como una escena habitual en palacio. Según Jonathan Brown, que recoge en sus textos diversas teorías anteriores (Sohener), la escena representa el momento en que la infanta Margarita ha llegado al estudio de Velázquez para ver trabajar al artista. En algún momento antes de que suba el «telón» ha pedido agua que ahora le ofrece la dama arrodillada a la izquierda. En el momento en que ésta le acerca a la princesa una pequeña jarra, el rey y la reina entran en la habitación reflejándose en el espejo de la pared del fondo. Una a una, aunque no simultáneamente, las personas congregadas comienzan a reaccionar ante la presencia real. La dama de honor de la derecha que ha sido la primera en verlos, comienza a hacer la reverencia. Velázquez ha notado también su aparición y se detiene en medio del trabajo. Mari Bárbola no ha tenido tiempo todavía de reaccionar. La infanta, que estaba mirando a Nicolasito Pertusato jugar con el perro, mira de repente hacia la izquierda, en dirección a los reyes, aunque su cabeza permanece todavía vuelta en dirección al enano. Esta es la razón del extraño efecto de dislocación entre la posición de la cabeza y la dirección de su mirada. Agustina Sarmiento, ocupada en servir agua a la princesa, no se ha dado cuenta todavía de la presencia de los reyes, lo mismo que le acontece a la señora de honor en conversación con el guardadamas que acaba de percatarse.
A partir de tal descripción, comienzan a proponerse posibles mensajes o simbolismos. Uno de los más creíbles (por no decir evidente) es que Velázquez estaría reivindicando la nobleza de la pintura, lo cual obsesionaba a los pintores del siglo XVII. En aquella época, la pintura era subestimada como una profesión sujeta a impuestos, como los zapateros y todos los demás artesanos. Esto no ocurría en Italia, donde los pintores eran tratados como creadores cultos; El Greco, que había trabajado en dicho país, vivió en sus carnes la poca estima que merecían los artistas en España. Velázquez querría proclamar la nobleza de su arte cometiendo una "osadía": se incluyó a sí mismo en un retrato de la familia real, ocupando un puesto destacado y relegando a los reyes a una imagen diminuta. Pero hay que precisar que la presencia de los reyes no es "real", sino un reflejo; los reyes están en la sala con el pintor, pero no a su lado sino a cierta distancia. De este modo, sin violentar el protocolo, Velázquez alardea de su posición en la Corte y reclama para la profesión de pintor un tratamiendo acorde como servidor del rey. Como dice Tolnay:
Las Meninas son como un manifiesto sobre la pintura como arte liberal.
La presencia tan destacada de la infanta Margarita se ha interpretado como una alusión política, pues ella era la única descendiente con opciones de heredar el trono. Su hermana mayor María Teresa iba a casarse con el rey de Francia y eso la excluía del trono español. De acuerdo a esta situación, algunos sugieren que el reflejo de los reyes en el espejo es un símbolo de apoyo o ejemplo que la infanta ha de tener en cuenta para su futuro. Finalmente, ella no heredó el trono pues Felipe IV llegó a tener un heredero varón (Carlos II).
Otra hipótesis más arriesgada, avanzada por Ángel del Campo y Francés en los años 70-80, sugería que Velázquez había introducido acertijos de Astronomía, al ubicar a los personajes de acuerdo a una constelación de estrellas ("Margarita Coronae") cuyo centro se llama Margarita (como la infanta situada en el centro).
También se han interpretado algunos personajes como alegorías; así, la enana Mari Bárbola tiene una bolsa de monedas en las manos, elemento incongruente salvo que simbolizase la Codicia. El enano Nicolasito Pertusato, que molesta al perro, sería el Mal, importunando a la Fidelidad. Aunque esta interpretación parezca muy osada, es cierto que el Mal consta en tratados de Iconografía como un personaje vestido de rojo, y el perro es símbolo de Fidelidad y de alerta ante los peligros. Hay que recordar, además, que Velázquez poseía libros de iconografía en su biblioteca, como el de Cesare Ripa; incluso se sabe con certeza la edición que poseía, ya que antes que pintara Las Meninas se hicieron seis ediciones de este libro.
Estructuración


Esquema geométrico de composición de Las Meninas.Amarillo: ejes del centro de la imagen. Azul: eje del tercio de la imagen. Verde: Punto de fuga geométrico. Rojo: Punto de fuga de los Reyes.
En Las Meninas se puede estructurar el cuadro en diferentes espacios. La mitad de la obra está dominada por un espacio desértico, en el que Velázquez pinta el aire, y un espacio virtual hacia donde el pintor dirige la mirada que es donde, se supone, están los reyes o bien los espectadores. Otro espacio importante es el del punto de fuga del fondo del cuadro, muy luminoso, donde un personaje huye de la intimidad del momento. Un tercer espacio es el pequeño espejo; y finalmente, hay el de la luz dorada que se aprecia en las figuras de la infanta, las meninas, la enana y el perro. Son espacios reales y virtuales que conforman la realidad fantástica del cuadro.
Una de las características principales de la pintura es su carácter misterioso que conduce a establecer diferentes principios de interpretación. El desacuerdo exite ya en la primera acción que está describiendo el cuadro. Las Meninas son:
El retrato de la Infanta. La infanta llama la atención de otras figuras, tiene una posición central en el cuadro y además, existe la tensión especial en relación al foco brillante.
Un autorretrato de Velázquez. El pintor aparece como una torre y destaca sobre las otras figuras de la pintura.
Un retrato de grupo o familiar. Además hay la pareja real que surge en la superficie del rectángulo y está presentada en un espejo en la pared del fondo como un reflejo.
Por otro lado, el hecho de que la mayor parte de las figuras miren hacia fuera del cuadro, provoca que se distingan diferentes puntos de vista luminosos a partir de un foco al cual las figuras dirigen sus miradas:
la pareja real que es mirada por el espectador;
el espectador;
el espectador que se considera en una superficie de espejo grande
También se hace la pregunta sin respuesta de qué cuadro estaba representando el pintor, cuadro del que el espectador solo ve la parte de atrás. También aquí hay tres interpretaciones posibles:
el pintor representa a la pareja real, que está en el área no visible;
el pintor representa a la infanta;
el pintor se representa a sí mismo